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Alimentando a Nagini
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Alimentando a Nagini
La cocina de mi hermana no era como el resto de la casa, Claro, ella no ha entrado nunca, pero nosotros sí, y tú nos acompañas. Nos encontramos en un a habitación de diez metros cuadrados, de los cuales la mayor parte están ocupados por trastos y una enorme alacena que se lleva una cuarta parte de la habitación. Las paredes son de piedra maciza, obscurecida por el hollín de la caldera y la chimenea, pero eso sí los muebles están limpios, trabajo de los elfos, ni más ni menos, esas estúpidas y pequeñas criaturas que sirven sólo para dos cosas, para servir y entretenernos cuando se retuercen de dolor.
De una gran olla al fuego se desprende el olor de un estofado de cordero, la cena de esta noche, el plato principal. Las habas ya están listas y servidas, y una ensalada de patatas... demasiado germana para mi gusto. En el comedor pronto estarán mi hermana, su esposo y los otros inútiles. Mi Señor no comparte esos momentos con ellos, y nosotros menos, Darius y yo preferimos comer alejados, así es la mayoría del tiempo, pero hay ciertas ocasiones en las cuales resulta es divertido cenar a la mesa y hacer comentarios en sus caras mientras levantamos las copas de vino. Hay tiempo para todo.
Podrás ver que me encuentro sentada en una vieja silla doble, no lo hago apropiadamente, no me da la gana, mi espalda hace un ángulo de cuarenta y cinco grados con el respaldar, y mis pies están sobre un taburete. Nagini se enrosca en las tuberías y pasa por debajo y por encima de la mesa principal, está hambrienta y lo hace saber dejando caer algunos trastos.
–Pobrecita...- La acaricio mientras se deslizaba muy cerca de mi.
En una canasta que tengo a un lado hay un montón de animales muertos, los han traído para ella, sólo que no es de lo que mas gusta y por esa razón no había hecho el esfuerzo por sacarlos ella misma. Con la ayuda de mi varita decidí alzar los animales para ofrecerselosl, primero un enorme conejo de color marrón, de un tamaño descomunal, una muy buena caza para quien lo haya hecho.
–Tome señorita Nagini.- Río y la lanzo al aire, ella abre su mandíbula de manera instantánea y engulle al animal de un solo bocado.- El señor Tenebroso nos debería dejar que te comieras a la gente.. quizás un domingo. ¿No Darius? Deberíamos sacarla a pasear y que ella escoja su comida.– Centro mi vista en mi compañero que se encuentra callado de momento, seguro su mente viaja lejos de aquí, o por lo menos eso me imagino.
La iluminación que tenemos sólo se basaba en la hoguera de la chimenea y la caldera, con eso tenemos en ese lugar. La araña del techo cuelga con las velas apagadas y se balancea por los movimientos de la imponente serpiente.
Espero que me sigas poniendo atención y no hayas perdido detalle de cada rincón en este cuarto... ¿Los elfos? Bueno, ellos no se presentan físicamente, saben que a Nagini le gusta su carne.
De una gran olla al fuego se desprende el olor de un estofado de cordero, la cena de esta noche, el plato principal. Las habas ya están listas y servidas, y una ensalada de patatas... demasiado germana para mi gusto. En el comedor pronto estarán mi hermana, su esposo y los otros inútiles. Mi Señor no comparte esos momentos con ellos, y nosotros menos, Darius y yo preferimos comer alejados, así es la mayoría del tiempo, pero hay ciertas ocasiones en las cuales resulta es divertido cenar a la mesa y hacer comentarios en sus caras mientras levantamos las copas de vino. Hay tiempo para todo.
Podrás ver que me encuentro sentada en una vieja silla doble, no lo hago apropiadamente, no me da la gana, mi espalda hace un ángulo de cuarenta y cinco grados con el respaldar, y mis pies están sobre un taburete. Nagini se enrosca en las tuberías y pasa por debajo y por encima de la mesa principal, está hambrienta y lo hace saber dejando caer algunos trastos.
–Pobrecita...- La acaricio mientras se deslizaba muy cerca de mi.
En una canasta que tengo a un lado hay un montón de animales muertos, los han traído para ella, sólo que no es de lo que mas gusta y por esa razón no había hecho el esfuerzo por sacarlos ella misma. Con la ayuda de mi varita decidí alzar los animales para ofrecerselosl, primero un enorme conejo de color marrón, de un tamaño descomunal, una muy buena caza para quien lo haya hecho.
–Tome señorita Nagini.- Río y la lanzo al aire, ella abre su mandíbula de manera instantánea y engulle al animal de un solo bocado.- El señor Tenebroso nos debería dejar que te comieras a la gente.. quizás un domingo. ¿No Darius? Deberíamos sacarla a pasear y que ella escoja su comida.– Centro mi vista en mi compañero que se encuentra callado de momento, seguro su mente viaja lejos de aquí, o por lo menos eso me imagino.
La iluminación que tenemos sólo se basaba en la hoguera de la chimenea y la caldera, con eso tenemos en ese lugar. La araña del techo cuelga con las velas apagadas y se balancea por los movimientos de la imponente serpiente.
Espero que me sigas poniendo atención y no hayas perdido detalle de cada rincón en este cuarto... ¿Los elfos? Bueno, ellos no se presentan físicamente, saben que a Nagini le gusta su carne.
Bellatrix Lestrange- Mensajes : 30
Fecha de inscripción : 20/07/2011
Edad : 37
Localización : Alimentando a Nagini
Re: Alimentando a Nagini
– Me encantaría que ése fuese el menor de nuestros problemas, Bella –dije, observando con atención a mi hermosa prima, pero luego mis azulados iris volvieron a perderse en inquietantes ideas y pensamientos, como si los estuviese contemplando acusadoramente–. La única que posee aquí una existencia bastante tranquila y cómoda, es Nagini. Los demás lidiamos con los problemas. ¿Sabes? Hay algunas cosas que quiero decirte, que anhelo compartir contigo.
Estaba sentado al lado de Bellatrix, en una silla similar a la suya, pero me encuentro derecho, hablo de mi estancia, posición con respecto a la silla que sostiene mi peso. El lugar tiene la iluminación adecuada y propicia, la suficiente como para dialogar, discutir o charlar. De todas formas cuando estoy a solas con Bellatrix nunca discutimos ni peleamos, sabrá Lucifer por qué. Quizás es la imagen que se ha de mantener, somos mortifagos, no podemos ser débiles, no podemos darnos el lujo de ceder ante nadie ni nada.
– Ahora que estamos aquí, solos... Bueno en compañía de tan sólo Nagini, ¿nunca has pensado que hay más que suerte detrás del asunto concerniente a la sobrevivencia de Potter? Es decir, ¿por qué no ha logrado asesinarlo mi primo, Bella?. Eso se me hace tan irreal –dije, para luego inclinarme hacia Bellatrix. Se veía muy hermosa, como siempre–. Y, otra cosa: no me quejo de estar aquí porque los Malfoy que habitan ésta mansión no serían tan estúpidos como para intentar algo contra ti o contra los Gaunts, pero no confío en Lucius ni en su mujer, Bellatrix. Estoy seguro de que ése pensamiento habrá pasado por tu cabeza.
Hice una pausa, me puse a contemplar a Nagini. Al menos ella lograba hacerme relajar. Vi como se iba acercando a la bolsa de animalitos que habían traído para ella. La ayudé a servirse alguno.
– Al menos molestar a Draco sí que es un anti-estrés –dije, para luego volver a dirigir mi atención a Bellatrix–. Nuestro Señor Tenebroso sabe lo que hace, eso creo, pero debemos ir con pies de plomo –dije, para luego acercarme aún más a la preciosa dama, llevé mi boca hasta su cuello y mordí su nívea y cálida piel, con la fuerza suficiente como para hacerme sentir. Luego mi boca se encontró con la suya y cerrando los ojos comencé a besar a mi amor.
Eso es para mí Bellatrix Lestrange así nunca se lo haya dicho.
Estaba sentado al lado de Bellatrix, en una silla similar a la suya, pero me encuentro derecho, hablo de mi estancia, posición con respecto a la silla que sostiene mi peso. El lugar tiene la iluminación adecuada y propicia, la suficiente como para dialogar, discutir o charlar. De todas formas cuando estoy a solas con Bellatrix nunca discutimos ni peleamos, sabrá Lucifer por qué. Quizás es la imagen que se ha de mantener, somos mortifagos, no podemos ser débiles, no podemos darnos el lujo de ceder ante nadie ni nada.
– Ahora que estamos aquí, solos... Bueno en compañía de tan sólo Nagini, ¿nunca has pensado que hay más que suerte detrás del asunto concerniente a la sobrevivencia de Potter? Es decir, ¿por qué no ha logrado asesinarlo mi primo, Bella?. Eso se me hace tan irreal –dije, para luego inclinarme hacia Bellatrix. Se veía muy hermosa, como siempre–. Y, otra cosa: no me quejo de estar aquí porque los Malfoy que habitan ésta mansión no serían tan estúpidos como para intentar algo contra ti o contra los Gaunts, pero no confío en Lucius ni en su mujer, Bellatrix. Estoy seguro de que ése pensamiento habrá pasado por tu cabeza.
Hice una pausa, me puse a contemplar a Nagini. Al menos ella lograba hacerme relajar. Vi como se iba acercando a la bolsa de animalitos que habían traído para ella. La ayudé a servirse alguno.
– Al menos molestar a Draco sí que es un anti-estrés –dije, para luego volver a dirigir mi atención a Bellatrix–. Nuestro Señor Tenebroso sabe lo que hace, eso creo, pero debemos ir con pies de plomo –dije, para luego acercarme aún más a la preciosa dama, llevé mi boca hasta su cuello y mordí su nívea y cálida piel, con la fuerza suficiente como para hacerme sentir. Luego mi boca se encontró con la suya y cerrando los ojos comencé a besar a mi amor.
Eso es para mí Bellatrix Lestrange así nunca se lo haya dicho.
Darius Gaunt- Mensajes : 8
Fecha de inscripción : 21/07/2011
Localización : Al lado de Bellatrix y jugando con Nagini
Re: Alimentando a Nagini
Como tú y muchos podrán notar, los asuntos de casi cualquier índole no los tomo como muchos pensarían que es lo apropiado y es por eso que mi primo pueda resultar bastante serio, pero es parte de él, tanto como a mí parece no importarme un rábano la mayoría de las cosas, como bien se puede señalar mi postura en este momento.
–¿Los problemas, Darius? Yo ya no distingo que es problema o no, solo vivo lo que toca y cómo lo he decidido, estuve encerrada mucho tiempo, y me siento tan libre y bien atendida como ella.- Acaricio con cierta ternura a la gran boa.
Tantos años recluida en aquellos húmedos y fríos muros, algunos fueron alegrados como bien lo habrás leído en mi autobiografía, pero al final era solo trago amargo tras otro, no consideraba ya que lo que vivo y viviré será difícil después de aquello.
Poso mi vista en mi primo, él tiene toda mi atención dejando a Nagini de lado. Ciertamente lo había pensado, tuve suficiente tiempo para hacerlo y aún había noches que pasaba por mi mente.
-Con el asunto del engendro ese era sólo porque Dumbledore lo cuidaba, sólo era eso, ya no está no tendremos problemas.- Estoy segura de mis palabras, y seré sincera sólo esta vez contigo, si he tenido miedo a alguien es a ese viejo.- Si se hubiera empezado con eso... lo demás sí, es pura suerte y nada más.
–]b]Yo tampoco confío en mi cuñado [/b]- Respondo con seriedad, más no hablo de mi hermana, nunca me ha gustado dudar de ella. El único error de Narcissa es estar casada con Malfoy, y querer ser una esposa y madre perfecta, de lo demás no dudaría ni le tendría mala confianza.- Aunque es menos la desconfianza que les tengo a ellos en comparación con el idiota de Snape.
Mi sobrino no deja de ser un niño mimado, yo desearía que ya entrara en razón y se comportara conforme a su edad, pero ¿qué se le puede pedir teniendo la herencia genética del inútil de Lucius?
No puedo evitar reir con su comentario, en verdad era divertido fastidiar al adolescente con tareas que en realidad no tenían importancia.
–Lo bueno que ese chico aprendió a respetar a su familia, por lo menos. Y sí, tenemos que tener cuidado, Él ha depositado su confianza en personas que no van, créeme que yo he intentado disuadirlo con respecto a Severus, pero nada...– Hablo como si nada pasara a pesar de que mi cuerpo no se resiste mucho a sus eróticos tratos.
Un suspiro sale de mis labios antes de corresponderle, Creo que esto es lo que mantiene la poca cordura que me queda, el dedicar horas del día a Darius. Es difícil, esto no está bien visto para mi Señor, él se ha percatado, es por eso que estamos cuidando a Nagini, para que no nos gane el ocio y las hormonas, pero esa serpiente se entretiene sola, mientras que yo me encargo de otra.
Mi lengua busca refugio en su boca mientras mis manos acarician su rostro, en otros años su vello facial me hubiera molestado pero hoy en día es algo que me agrada ver y sentir. Cuando el oxigeno es necesario... porque desgraciadamente seguimos siendo mortales me separo un poco.
–Estamos en la cocina, podría entrar alguien.- Es fácil fingir procuración, eso es lo que hago, pero la risa se hace presente de inmediato.
Sin pensarlo mucho y sin haberlo soltado paso mi lengua por su mejilla y son suavidad muerdo su cuello.
–[b]Debiste estar conmigo en Azkaban, nos hubiéramos divertido mucho juntos.[/b]-Aquel paraje se encuentra solitario, solo nosotros tres, y Nagini come muy entretenida, le va tomando el gusto a lo que tiene disponible. Al menos así estamos hasta ahora.
–¿Los problemas, Darius? Yo ya no distingo que es problema o no, solo vivo lo que toca y cómo lo he decidido, estuve encerrada mucho tiempo, y me siento tan libre y bien atendida como ella.- Acaricio con cierta ternura a la gran boa.
Tantos años recluida en aquellos húmedos y fríos muros, algunos fueron alegrados como bien lo habrás leído en mi autobiografía, pero al final era solo trago amargo tras otro, no consideraba ya que lo que vivo y viviré será difícil después de aquello.
Poso mi vista en mi primo, él tiene toda mi atención dejando a Nagini de lado. Ciertamente lo había pensado, tuve suficiente tiempo para hacerlo y aún había noches que pasaba por mi mente.
-Con el asunto del engendro ese era sólo porque Dumbledore lo cuidaba, sólo era eso, ya no está no tendremos problemas.- Estoy segura de mis palabras, y seré sincera sólo esta vez contigo, si he tenido miedo a alguien es a ese viejo.- Si se hubiera empezado con eso... lo demás sí, es pura suerte y nada más.
–]b]Yo tampoco confío en mi cuñado [/b]- Respondo con seriedad, más no hablo de mi hermana, nunca me ha gustado dudar de ella. El único error de Narcissa es estar casada con Malfoy, y querer ser una esposa y madre perfecta, de lo demás no dudaría ni le tendría mala confianza.- Aunque es menos la desconfianza que les tengo a ellos en comparación con el idiota de Snape.
Mi sobrino no deja de ser un niño mimado, yo desearía que ya entrara en razón y se comportara conforme a su edad, pero ¿qué se le puede pedir teniendo la herencia genética del inútil de Lucius?
No puedo evitar reir con su comentario, en verdad era divertido fastidiar al adolescente con tareas que en realidad no tenían importancia.
–Lo bueno que ese chico aprendió a respetar a su familia, por lo menos. Y sí, tenemos que tener cuidado, Él ha depositado su confianza en personas que no van, créeme que yo he intentado disuadirlo con respecto a Severus, pero nada...– Hablo como si nada pasara a pesar de que mi cuerpo no se resiste mucho a sus eróticos tratos.
Un suspiro sale de mis labios antes de corresponderle, Creo que esto es lo que mantiene la poca cordura que me queda, el dedicar horas del día a Darius. Es difícil, esto no está bien visto para mi Señor, él se ha percatado, es por eso que estamos cuidando a Nagini, para que no nos gane el ocio y las hormonas, pero esa serpiente se entretiene sola, mientras que yo me encargo de otra.
Mi lengua busca refugio en su boca mientras mis manos acarician su rostro, en otros años su vello facial me hubiera molestado pero hoy en día es algo que me agrada ver y sentir. Cuando el oxigeno es necesario... porque desgraciadamente seguimos siendo mortales me separo un poco.
–Estamos en la cocina, podría entrar alguien.- Es fácil fingir procuración, eso es lo que hago, pero la risa se hace presente de inmediato.
Sin pensarlo mucho y sin haberlo soltado paso mi lengua por su mejilla y son suavidad muerdo su cuello.
–[b]Debiste estar conmigo en Azkaban, nos hubiéramos divertido mucho juntos.[/b]-Aquel paraje se encuentra solitario, solo nosotros tres, y Nagini come muy entretenida, le va tomando el gusto a lo que tiene disponible. Al menos así estamos hasta ahora.
Bellatrix Lestrange- Mensajes : 30
Fecha de inscripción : 20/07/2011
Edad : 37
Localización : Alimentando a Nagini
Re: Alimentando a Nagini
– Snape... Snape es un oportunista, me parece. Aparentó ser fiel a Dumbledore para que éste mediara por él a través del Ministerio de Magia. No creo sea fiel a nadie en realidad, Snape juega con los naipes que van saliendo del mazo. No se podría confiar en él plenamente, tú misma me contaste que fue él quien asesinó a Dumbledore –dije, mientras abrazaba con sendas manos a mi divina prima, y así me mantenía con ella mientras la buena Nagini engullía sin mucha prisa algún que otro animalito–. Y ahora pretende ser fiel a mi primo. Espero que nuestro Señor Tenebroso esté fingiendo creer en su investidura de mortifago fiel y hasta el final, etcétera, etcétera. No me trago eso.
Sinceramente, creo que es por ello que Tom nos encomienda a nosotros las misiones serias, como cuando mandó a Bellatrix a Hogwarts para asegurarse de la muerte de Dumbledore, el cual considero yo ha sido el mayor obstáculo que hemos tenido como facción. Es increíble la familia Dumbledore, el dominio que tienen sobre la magia, vaya talento. El hecho de estar cuidando a Nagini desde hace un tiempo tampoco es casualidad, eso es evidente.
– Lucius es fiel a nuestro Señor Tenebroso, porque le teme –dije, sonriendo con satisfacción al respecto. Mediante el temor pueden lograrse tantas cosas, es parte del juego psicológico que siempre utilizó Tom. Como el hecho de que, mencionar su nombre podría resultar catastrófico para tu destino. Aquello siempre me hacía sonreír. ¡Pero no cabe duda de que resultaba! Incluso hechiceros que laboraban directamente con el Ministerio de Magia creían en tales cosas. Aurores o no, Lord Voldemort se imponía siempre.
Bellatrix y yo pensamos igual en muchos aspectos. En pocos mortifagos se puede confiar, espero que estemos siempre cerca de Tom, ya ha sufrido bastante con lo ocurrido aquella noche en la casa de los malditos Potters. Mientras, no puede negarse el trato que existe entre mi prima y mi persona, estoy seguro de que Tom debe saberlo de alguna forma u otra. Es listo. Pero, es que es tan difícil no ceñir en brazos a ésta emperatriz oscura, acariciar toda su espalda mientras mi ávida lengüita recorre su divina boca. Cada beso resulta más excitante que el anterior.
– Invocaré un Avada Kedavra al que entre por ésa puerta –dije, sonriéndole en forma seductora y bella–. Te adoro, iré contigo al Infierno si es necesario, lo que sea para estar contigo –volví a besarla, después besé su cuello, me perdía en su atractivo aroma. Me encanta en todo sentido. Estar de ésta forma me gusta, y mucho, pero necesito de ella así que la idea de visitarla ésta noche en su habitación, será algo que llevaré a cabo. Afuera no escuchaba sonido alguno, espero continúe así, sin visitas inoportunas.
Sinceramente, creo que es por ello que Tom nos encomienda a nosotros las misiones serias, como cuando mandó a Bellatrix a Hogwarts para asegurarse de la muerte de Dumbledore, el cual considero yo ha sido el mayor obstáculo que hemos tenido como facción. Es increíble la familia Dumbledore, el dominio que tienen sobre la magia, vaya talento. El hecho de estar cuidando a Nagini desde hace un tiempo tampoco es casualidad, eso es evidente.
– Lucius es fiel a nuestro Señor Tenebroso, porque le teme –dije, sonriendo con satisfacción al respecto. Mediante el temor pueden lograrse tantas cosas, es parte del juego psicológico que siempre utilizó Tom. Como el hecho de que, mencionar su nombre podría resultar catastrófico para tu destino. Aquello siempre me hacía sonreír. ¡Pero no cabe duda de que resultaba! Incluso hechiceros que laboraban directamente con el Ministerio de Magia creían en tales cosas. Aurores o no, Lord Voldemort se imponía siempre.
Bellatrix y yo pensamos igual en muchos aspectos. En pocos mortifagos se puede confiar, espero que estemos siempre cerca de Tom, ya ha sufrido bastante con lo ocurrido aquella noche en la casa de los malditos Potters. Mientras, no puede negarse el trato que existe entre mi prima y mi persona, estoy seguro de que Tom debe saberlo de alguna forma u otra. Es listo. Pero, es que es tan difícil no ceñir en brazos a ésta emperatriz oscura, acariciar toda su espalda mientras mi ávida lengüita recorre su divina boca. Cada beso resulta más excitante que el anterior.
– Invocaré un Avada Kedavra al que entre por ésa puerta –dije, sonriéndole en forma seductora y bella–. Te adoro, iré contigo al Infierno si es necesario, lo que sea para estar contigo –volví a besarla, después besé su cuello, me perdía en su atractivo aroma. Me encanta en todo sentido. Estar de ésta forma me gusta, y mucho, pero necesito de ella así que la idea de visitarla ésta noche en su habitación, será algo que llevaré a cabo. Afuera no escuchaba sonido alguno, espero continúe así, sin visitas inoportunas.
Darius Gaunt- Mensajes : 8
Fecha de inscripción : 21/07/2011
Localización : Al lado de Bellatrix y jugando con Nagini
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